6.5.10

Apego

QUE ES EL APEGO?
El apego, se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección.

El apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido emocionalmente. Se refiere a un vínculo central y específico: madre-hijo o cuidador-infante. Es un nexo perdurable que, de ser seguro, produce consuelo, contención, placer. Es el primer encuentro con alguien; ni más ni menos que con aquel que, aparentemente, nos ayudará a sobrevivir. Y sus resultados, según entienden los investigadores de la conducta infantil, determinarán el andamiaje para todas las relaciones que desarrolle en su vida.

LA INFLUENCIA DE LA PRIMERA INFANCIA
El 90% del cerebro que tendremos de adultos ya está disponible cuando cumplimos tres años. Si el cerebro se forma en tiempos en que el apego es clave, demás está explicar la importancia que existe entre una crianza segura y la calidad de nuestros pensamientos y emociones.

Nuestro cerebro vive haciendo conexiones. En cada una hay un aprendizaje. Es la plasticidad neuronal la que permite la inscripción de cada experiencia, la que pone en juego la diversidad y la singularidad. Por eso, si bien todos tenemos cerebro, cada cual tendrá el suyo. Así como la fórmula del apego es universal, cada cual tendrá su historia emocional, acorde a su cultura, a su sociedad, a sus padres, a su primer encuentro.

CARACTERÍSTICAS COMPORTAMENTALES
El apego tiene una serie de características comportamentales:
- Esforzarse por mantener la proximidad con la persona con la que se está vinculada
- Resistirse a la separación sintiendo ansiedad, desolación y abandono ante la pérdida
- Mantener un contacto sensorial privilegiado con la figura de apego
- Usar la figura de apego como base de seguridad desde la cual poder explorar el mundo físico y social
- Refugiarse en la figura de apego en momentos de tristeza, temor o malestar, buscando en ella apoyo y bienestar emocional.

LOS TRES PATRONES
En base a la experiencia que hayamos tenido en los primeros meses de vida con nuestro cuidador, así como las condiciones familiares y sociales en las que hemos crecido, habremos adoptado un estilo de relación y forma de vincularnos con los demás. Los resultados de tanta investigación definen tres patrones de apego: el estilo seguro, el ansioso ambivalente y el evasivo.

APEGO SEGURO:
"El término «apego seguro» describe relaciones vinculares en las cuales el niño confía en que sus cuidadores serán accesibles en situaciones de estrés, brindándole protección y cuidado", "una relación sólida y saludable con la madre o cuidador primario se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego parece estar asociado con problemas emocionales y conductuales".

Los niños con estilo de "apego seguro" tienen la capacidad de apoyarse en sus cuidadores cuando algo los preocupa. Saben que sus cuidadores están disponibles y que tienen la sensibilidad suficiente para responder a su angustia. Esa base sólida en la relación les ha enseñado a ser más seguros de sí mismos, más cálidos, estables y coherentes con sus deseos y emociones.

APEGO NO SEGURO:
Quienes padecen ausencias o separaciones físicas o emocionales, es muy probable que desde muy temprano generen mecanismos defensivos que se movilizan para sobreponerse o sobreadaptarse a la falta o la pérdida. Las ausencias o, lo que es peor, las presencias sin afecto o la falta de contacto, abonan el miedo y las ansiedades crónicas. De hecho, el abandono espiritual, social y económico en la primera infancia suelen ser el motor que impulsa, entre otros cuadros severos, conductas delictivas, actos de violencia, adicciones, fobias y pánicos.

Hay que asumir que madres y padres ausentes, por depresión, por ambición, por necesidades tan básicas como la comida y tan perversas como el último modelo de equis capricho, son factores de riesgo de chicos menos felices, más ansiosos, obesos, agresivos, deprimidos, antisociales.

"Una experiencia de apego traumática predispone al procesamiento inconsciente de un duelo , lo que a su vez deriva en una variedad de trastornos psicopatológicos, como pueden ser trastornos de la conducta alimentaria, personalidad borderline, trastornos de ansiedad o del estado de ánimo, e incluso psicosis. La mayoría de estas patologías se manifiestan en la adolescencia y en la juventud."

Los chicos de "apego evasivo" se muestran desinteresados y sin ánimo de compartir con sus cuidadores. Se mantienen aislados porque creen que el otro no tiene la capacidad de entenderlos ni de ayudarlos. Tienen miedo de relacionarse o intimar porque no logran confiar ni sentir seguridad.

Los "ansiosos ambivalentes" suelen vivir con mucha angustia la separación. Se resisten a que el otro se vaya con expresiones de protesta, enojo y caprichos. Suelen desarrollar habilidades emocionales inconsistentes, lo que los convierte en inseguros y demandantes.

LOS PADRES:
Ahora, ¿de dónde obtenemos los padres las capacidades para entender lo que nuestros hijos desean?, ¿quién nos dice que ese tono de voz, ese gesto, esa forma de abrazar es lo que nuestro descendiente necesita? Inevitablemente enseñamos en relación con nuestra historia, con el apego que hayamos experimentado cuando chicos. Así como cantamos las mismas canciones de cuna, solemos cargar con estilos y significados heredados, aunque algunos no llegamos a reconocerlos.

Confiamos en que ahora sabemos de la importancia que tiene el apego, sobre todo en los primeros años de vida. Celebramos la posibilidad de revertir historias traumáticas de la niñez, la capacidad de ser flexibles contra cualquier modelo rígido y desadaptado, la necesidad de resignificar acorde a los nuevos tiempos, a nuestros proyectos y los de nuestros hijos.

EL FUTURO
Gran parte de las psicopatologías o trastornos severos de la personalidad pueden entenderse como consecuencia del tipo de vínculo afectivo que se haya tenido en una primera infancia o en relaciones posteriores.

Frente a los problemas que se multiplican en una sociedad sin apegos seguros, "hay que trabajar permanentemente con la familia, aun con sus problemáticas, y, cuando no hay familia, apostar a recursos comunitarios que sean soportes sólidos, con garantías". Recuperar el concepto de familia implica recuperar la idea de "soporte", más allá de las disfuncionalidades. Hoy, muchas familias no se enmarcan en los retratos tradicionales. Hay madres solas, padres solos, familias ensambladas, tíos o abuelos con rol de padres; muchas veces, un vecino. Esa es "la familia"; ese es el vínculo existente que hay que fortalecer para que haya alguien que pueda sostener, cuidar, abrazar a quien lo necesita. "Preocupa ver cuántos pacientes llegan al hospital y, en medio de la crisis, sus familiares insisten en que no pueden hacerse cargo."

Tu casa, mi casa... ¿funcionan?, Si hay afecto y contacto, seguro. Si no, buen comienzo. Tal vez valga apuntar en la cocina palabras clave como: sonrisas, abrazos, responsabilidad, flexibilidad, adaptación, límites, experiencias, respuestas, vínculos, respeto, libertad, bienestar, felicidad,.... (sume todas las que crea que hacen a un apego seguro).

Por Eduardo Chaktoura (Nota publicada en el Diario La Nación)


1 comentario: